TARTA DE TERCIOPELO ROJO


O lo que es lo mismo RED VELVET CAKE que es su nombre original. Esta tarta la he llevado como postre de una comida con amigos que hemos hecho en el campo, es una tarta con un sabor muy suave, nada empalagoso y sorprendente. El bizcocho es muy fino y la crema de queso le da un toque especial. La primera vez que la hice utilicé un frosting de queso, que es una pasta que lleva tal como su propio nombre indica: queso, mantequilla y azúcar, el sabor es bueno y muy manejable a la hora de cubrir la tarta, pero la crema de queso que os pongo en esta receta es mucho más ligera al paladar y bastante menos empalagosa.

Este postre tiene una leyenda urbana curiosa, al parecer una señora que se alojó en el Hotel Waldor Astoria de Nueva York probó esta tarta y quedó fascinada por su sabor, tanto que pidió la receta. Cuando esta buena mujer fue a pagar la estancia tenía un cargo desorbitado por la solicitada receta, así que la señora muy digna ella, se dedicó a difundir dicha receta entre sus amistades creyendo que si la receta llegaba a más oídos, el precio que tuvo que pagar se haría más justo. El caso es que se dice que en este hotel es donde puedes probar el mejor pastel de terciopelo rojo.

En la imagen no se aprecia demasiado bien el color, era mucho más intenso, pero bueno yo os he puesto una foto del corte para que os hagáis una idea. Hubiera quedado mucho más bonita si la hubiera cortado en tres pisos pero no tenía altura suficiente así que me he conformado con uno.



Ingredientes:

Para el bizcocho:

- 250 g. de harina
- 250 g. de azúcar
- 1 sobre de levadura química
- 1 cucharada de cacao puro en polvo
- 200 g. de suero de leche (si no se tiene se sustituye por un vaso de leche entera al que le añadiremos un poco de zumo de limón, pasados 10 munutos la leche se habrá cortado y nos servirá para la receta)
- 1cucharada de colorante para red velvet (en mi caso “rojo extra” de la marca SUGAR FLAIR)
- 1 cucharada de vinagre
- 2 huevos
- 200 g. de aceite suave (podéis poner la mitad aceite de girasol y la otra mitad de mantequilla o sólo aceite)

Para la crema de queso:

- 500 g. de queso de untar suave tipo Philadelphia
- 400 g. de nata
- 125 g. de azúcar glass



Elaboración:

Para hacer el bizcocho hemos de juntar los ingredientes sólidos por un lado, los líquidos por otro y después mezclaros poco a poco, es decir, en un bol mezclaremos la harina, el azúcar, la levadura y el cacao préviamente tamizados y en otro mezclaremos los huevos, el vinagre, el aceite y el suero de leche en el que previamente habremos disuelto el colorante (si utilizáramos colorante en polvo, éste lo tendríamos que mezclar con los sólidos, pero os aconsejo que utilicéis el de gel, el color queda más bonito; con el colorante en polvo el tono queda más marronoso, ya sé que en la foto la tarta parece granate, pero era más bien rojo remolacha, que era lo que se utilizaba originariamente para tenir el bizcocho).

Vamos añadiendo la mezcla de harina y azúcar a los líquidos despacio hasta que esté todo completamente integrado y volcamos en un molde que tendremos enmantecado y enharinado.
Por último introcimos en el horno precalentado a unos 180º aproximadamente y dejamos unos 40 minutos, esto ya sabéis que es según hornos, así que id vigilando y pinchando con una aguja hasta que ésta salga seca que será cuando el bizcocho esté listo.

Cuando lo saquemos del horno lo dejamos enfriar e introducimos un ratito en la nevera, de esta mañanera se nos endurecerá un poco ya que  es un bizcocho muy blando, se desmigaja fácilmente y nos conviene que esté un poco durito para cortarlo bien y untar la crema de queso sin que nos llevemos muchas migas con la espátula.

La crema de queso la haremos mezclando el queso y el azúcar con la batidora y añadiendo la nata montada.

Para montar la tarta cortaremos el bizcocho en tantos pisos como queramos, cuantos más, más vistoso quedará el corte, rellenaremos con una capa de crema de queso de un centímetro aproximadamente y la bañeremos por fuera con la ayuda de una espátula para que quede lo más lisita que podamos.Yo para tapar fallitos la decoré con nata montada en los bordes.

Ya tenemos la tarta lista para hincarle el diente.

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